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El pastel de calabacín y jamón york es una receta versátil, económica y perfecta para cualquier ocasión. Su textura suave, su sabor equilibrado y su facilidad de preparación lo convierten en una opción ideal tanto para comidas familiares como para cenas rápidas entre semana. Si estás buscando una forma sabrosa y saludable de incluir más verduras en tu dieta, esta receta te va a encantar.

Tabla de contenido

Además de su delicioso sabor, el pastel de calabacín destaca por sus beneficios nutricionales. El calabacín es bajo en calorías, rico en fibra y potasio, mientras que el jamón york aporta proteínas de alta calidad. Puedes leer más sobre sus propiedades en este informe de la Fundación Española de Nutrición sobre el calabacín, que detalla su valor como alimento ligero y digestivo, ideal para toda la familia.

Por otro lado, la base de la receta (huevos y leche) no solo garantiza una textura suave y cuajada, sino que también incrementa su valor proteico. Si te interesa entender por qué el huevo es esencial en preparaciones horneadas, puedes consultar este artículo del Instituto de Estudios del Huevo sobre usos culinarios, donde explican cómo actúa como agente emulsionante y espesante natural.

Ingredientes esenciales y sustituciones posibles

Para elaborar este pastel salado, necesitarás ingredientes básicos que probablemente ya tengas en casa:

1 kg de calabacines
1/2 cebolla

1 puerro grande
300 g de jamón york en taquitos
100 g de queso (puede ser emmental, mozzarella o manchego)

6 huevos
300 ml de leche entera
Hierbas aromáticas (tomillo, orégano, albahaca)

Queso rallado para gratinar
Aceite de oliva, sal y pimienta al gusto

Sustituciones recomendadas:

Leche vegetal (avena, almendra) en lugar de leche entera para una opción sin lactosa
Tofu o jamón vegetal si buscas una versión vegetariana
Queso vegano rallado como alternativa sin lácteos

Paso a paso: cómo preparar el pastel perfecto

Sigue estos pasos para conseguir un pastel de calabacín y jamón york jugoso, bien cuajado y sabroso:

Preparar las verduras:
- Lava y corta los calabacines en cubos pequeños.
- Pica la cebolla y el puerro.
- Sofríe la cebolla y el puerro en una sartén con aceite de oliva durante unos 5-7 minutos hasta que se doren ligeramente.
- Añade el calabacín y cocina todo junto hasta que esté tierno. Luego escurre bien para eliminar el exceso de agua.

Preparar la mezcla base:
- Bate los huevos con la leche (puedes usar una batidora eléctrica para mayor homogeneidad).
- Añade el jamón york, el queso en cubos, las hierbas aromáticas, sal y pimienta.
- Incorpora las verduras escurridas y mezcla todo muy bien.
Horneado:
- Precalienta el horno a 200 °C.
- Vierte la mezcla en un molde previamente engrasado o con papel vegetal.
- Espolvorea el queso rallado por encima.
- Hornea durante 40-45 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.

Trucos para evitar errores comunes

Si tu mezcla queda demasiado líquida, probablemente el calabacín no se escurrido bien.
Respetar la proporción leche-huevo es clave para que el pastel cuaje correctamente.
Cada horno es diferente: si el pastel se dora muy rápido por fuera pero está crudo por dentro, baja la temperatura a 180 °C y prolonga la cocción.

Variaciones deliciosas que puedes probar

Con masa quebrada o hojaldre: tipo quiche
Agrega atún, pollo desmenuzado o pavo como alternativa al jamón
Añade champiñones o espinacas para más verdura

Sustituye el queso por versiones más fuertes como roquefort o más suaves como ricotta

Acompañamientos recomendados

Para convertir este pastel salado en un plato completo, combínalo con:

Ensalada fresca de tomate y albahaca

Sopa fría de gazpacho o salmorejo
Pan de centeno o integral
Vino blanco suave o espumoso

Conservación y uso posterior

Este pastel se conserva muy bien y es perfecto para preparar con antelación:

En la nevera: hasta 3-4 días en un recipiente hermético
Congelado: se puede congelar en porciones individuales

Recalentar: en microondas o al horno, cubierto con papel aluminio para que no se reseque
Ideal para táper o picnic: su textura compacta permite transportarlo sin desmoronarse

Apto para toda la familia

Textura suave y sabor agradable para niños

Fácil de digerir para personas mayores
Buena fuente de proteínas y vegetales, ideal para una dieta equilibrada
Económico: rinde para varias comidas

Preguntas frecuentes

¿Cómo evitar que el pastel quede aguado?
Escurre muy bien el calabacín cocido antes de añadirlo a la mezcla.

¿Qué tipo de queso es mejor?
Emmental, mozzarella o un semicurado tipo manchego son ideales para fundir y dar sabor.

¿Se puede hacer sin horno?
Sí, puedes hacerlo en sartén con tapa a fuego bajo, aunque la textura será más similar a una tortilla.

¿Cómo aligerar la receta?
Usa leche desnatada o vegetal, reduce la cantidad de queso y sustituye el jamón york por pavo.

¿Debo pelar el calabacín?
No es necesario, la piel aporta fibra y una textura agradable.

¿Puedo usar leche vegetal?
Sí, especialmente avena o soja para mantener la cremosidad.

¿Qué hago si no tengo batidora?
Puedes batir a mano con un tenedor o varillas, solo asegúrate de integrar bien los huevos y la leche.

Conclusión

El pastel de calabacín y jamón york es una de esas recetas que merece un lugar fijo en tu recetario. Económica, sabrosa y adaptable a cualquier gusto o necesidad dietética, esta receta demuestra que comer bien y saludable no tiene que ser complicado.